¿Qué son las microexpresiones?
Las microexpresiones son movimientos involuntarios de los
músculos de la cara y que pueden aparecer en situaciones intensamente
emocionales. Su descubrimiento se debe a Haggard e Isaacs (1966) , tras analizar a
cámara lenta las grabaciones de diversas sesiones de psicoterapia. Estos
investigadores sostienen que son el resultado de la represión y revelan
emociones inconscientes.
Con posterioridad, Ekman y Friesen (1974), analizando fotograma
a fotograma diversas grabaciones de entrevistas mantenidas con sus pacientes,
demostraron su existencia. Los estudios de Porter y ten Brinke (2008) pusieron de
manifiesto que estas surgen cuando los individuos intentan engañar o camuflar
sus expresiones emocionales.
(Imagen extraída de http://www.clublenguajenoverbal.com/?p=1469)
Sabemos que las siete emociones básicas (alegría, ira,
tristeza, miedo, asco, sorpresa y desprecio) son más “microexpresables” que las
emociones secundarias. También que son prácticamente imposible de simular, ya
que aparecen de manera
automática y no consciente. Por lo tanto, no es
posible reproducir esos movimientos perfectamente de forma consciente, por mucha práctica que se tenga en el control voluntario de los músculos faciales.
Pero, ¿por qué surgen?,
¿cuál es la explicación a nivel fisiológico?
Las investigaciones de Rinn (1984) han demostrado que en la expresión
facial intervienen dos vías neurales, procedentes
de áreas diferentes: el tracto extrapiramidal, que impulsa expresiones
emocionales involuntarias (y se origina en las áreas subcorticales del cerebro)
y el tracto piramidal, que impulsa expresiones emocionales voluntarias (y se
origina en la franja motora cortical). Pues bien, en situaciones de alta
intensidad emocional, cuando el individuo trata de controlar su expresión
facial, se activarían ambos sistemas entrando en conflicto por el control de la
expresión, pudiéndose producir la emisión de una microexpresión.
¿Por qué son tan difíciles
de detectar?
Las microexpresiones son expresiones emocionales que duran
apenas una fracción de lo que duraría la misma expresión en condiciones
normales, son tan rápidas que por lo general pasan desapercibidas. Según Ekman (2003) la expresión de una
emoción genuina suele durar entre 0,5 y 4 segundos; sin embargo una microexpresión destella en el rostro en menos
de un cuarto de segundo (Ekman P. , 2009, pág. 134) . Diversos
investigadores incluso afirman que las microexpresiones aparecen y desaparecen
en una fracción próxima a 1/30 de segundo (Matsumoto, Hwang, López,
& Pérez-Nieto, 2013) , por ello no son nada fáciles de ver.
Según estos autores, al tratarse de sentimientos ocultos que no se desean
mostrar, suelen ser habitualmente encubiertas al instante por otras expresiones
como la sonrisa. Y no olvidemos que la cantidad de información que nos llega
por otros canales (verbal, apariencia, gestos, postura, etc.) es enorme por lo
que aumentan las probabilidades de que pasen desapercibidas.
Por ello, para su estudio se hace necesario trabajar con programas de vídeo y
disponer, a ser posible, de imágenes en alta definición, ya que con ocasiones
hay que recurrir a un análisis fotograma a fotograma y a ampliar la imagen para
centrarnos en el rostro o en una parte de este.
¿Siempre que se produce
una emoción aparece una microexpresión?
No. Un problema añadido a la dificultad para detectarlas es que
no siempre aparecen; pero hay que dejar claro que su ausencia no es un indicador
de verdad. Algunas microexpresiones delatarán una información oculta; otras proporcionarán
pistas que indicarán que el individuo está ocultando algo (pero las microexpresiones no
nos dirán qué) y otras nos indicarán que es falsa la expresión emocional
mostrada.
Porter y Ten Brinke (2008) realizaron la primera investigación exhaustiva de expresiones asociadas con emociones genuinas y engañosas (104.550 fotogramas en 697 expresiones), encontrando un pequeño número de microexpresiones parciales y que a veces ocurrieron durante expresiones genuinas. Concluyeron que el analista debe prestar atención a las expresiones inconsistentes con lo que verbaliza o con el contexto, pero también debe ser consciente de que a veces estas expresiones no pueden tener sentido.
Porter y Ten Brinke (2008) realizaron la primera investigación exhaustiva de expresiones asociadas con emociones genuinas y engañosas (104.550 fotogramas en 697 expresiones), encontrando un pequeño número de microexpresiones parciales y que a veces ocurrieron durante expresiones genuinas. Concluyeron que el analista debe prestar atención a las expresiones inconsistentes con lo que verbaliza o con el contexto, pero también debe ser consciente de que a veces estas expresiones no pueden tener sentido.
¿Cómo podemos clasificar las
microexpresiones?
Como sabemos, Ekman y Friesen (1978)[1],
diseñaron el Facial Action Coding System (FACS), método que permite clasificar los movimientos
asociados a los músculos de la cara. Dicho sistema es también empleado para
codificar las microexpresiones.
El “Proyecto Diógenes”
Este proyecto, que pasó a llamarse “Proyecto Wizards”
o “Proyecto Magos”, trataba de determinar qué porcentaje de la población era
capaz de detectar el engaño o la mentira sin ninguna formación previa en la
materia. Este proyecto fue llevado a cabo por los doctores Paul Ekman y Maureen
O’Sullivan. Los llamados “magos de la verdad”, para este estudio, eran aquellas
personas que podían detectar mentiras con una efectividad por encima del 80% (debido
presumiblemente a su facilidad para detectar microexpresiones de forma natural). El estudio reveló que una
ínfima parte de la población (apenas el 0,0025%) poseía esta capacidad. En
concreto de las 20.000 personas estudiadas, tan sólo 50 cumplieron con el
criterio. Esos “magos” podrían identificarse
con los comúnmente llamados “mentalistas”; de los que se piensa que tienen la
capacidad para leer la mente de cualquier persona, cuando en realidad de lo que
se trata es de individuos con una excelente capacidad de observación para
detectar microexpresiones.
Ya que la detección precisa de
microexpresiones se reduce a un reducido grupo de la población general ¿podemos adquirir o mejorar esa capacidad?
Según los partidarios de esta teoría, todo es cuestión de práctica. Además existen herramientas
y programas diseñados para ello. En concreto la Micro Expression Training Tool (METT) es una aplicación flash donde
se puede practicar la capacidad para detectar las microexpresiones y los
distintos tipos de emociones. Otra herramienta es la Subtle Expression Training Tool (SETT) para practicar en la
detección de expresiones sutiles.
El problema de estas herramientas es que son de pago, aunque
también existen páginas web donde podemos practicar sin que nos cueste dinero: http://mazuzu.com/microexpressions/
Para seguir leyendo
sobre microexpresiones pulsa AQUÍ
Trabajos citados
Ekman, P.
(2003). El rostro de las emociones. Signos que revelan significado más allá
de las palabras. (J. J. Serra, Trad.) Barcelona: RBA Libros S.A.
Ekman, P. (2009). Cómo detectar mentiras. Una guía
práctica para utilizar en el trabajo, la política y la pareja (Segunda
ed.). (L. Wolfson, Trad.) Barcelona: Paidós.
Ekman, P., &
Friesen, W. (1974). Nonverbal behavior and psychology. En R. J. Friedman,
& M. Katz, The psychology of depression: Contemporary theory and
research (págs. 3-31). Washington, DC: Winston and Sons.
Haggard, E., &
Isaacs, K. (1966). Micro-momentary facial expressions as indicators of ego
mechanisms in psychotherapy. En L. Gottschalk, & A. Auerbach, Methods
of Research in Psychotherapy (págs. 154-165). New York: Appleton-Century-Crofts.
Matsumoto, D.,
Hwang, H. S., López, R. M., & Pérez-Nieto, M. A. (2013). Lectura de la expresión facial de las emociones:
investigación básica en la mejora del reconocimiento de emociones. Ansiedad y Estrés,
19(2-3), 121-129.
Porter, S., &
ten Brike, L. (2008). Reading between the lies: Identifying conceled and
falsified emotions in universal facial expressions. Psychological Science,
19, 508-514.
Rinn, W. E.
(1984). The neuropsychology of facial expression: A review of the neurological
and psychological mechanisms for producing facial expressions. Psychological Bulletin, 95, 52-77.
[1] Ekman and W. Friesen. Facial Action
Coding System: A Technique for the Measurement of Facial Movement. Consulting
Psychologists Press, Palo Alto, 1978.