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viernes, 24 de noviembre de 2017

Manifestaciones de la personalidad de Donald Trump a través del saludo

Hoy sabemos que la personalidad y estética de un candidato político tienen una enorme influencia en el apoyo de sus electores, hasta el punto de llegar a tener mayor peso que sus programas políticos.

Parece indiscutible que Donald Trump posee una personalidad muy marcada que despierta pasiones a favor y en contra de su persona y son muchos los europeos que siguen sorprendidos por el hecho de que un líder tan excéntrico como Trump haya podido llegar a la presidencia de los Estados Unidos.


Pero, ¿cuáles son esas características de personalidad que le han catapultado a esa presidencia? 

Haciendo un breve análisis podríamos decir que entre esas características de personalidad están el ser un gran manipulador, con un discurso populista que apela a grandes pasiones y a ideas cada vez más difundidas entre la población americana (necesidad de unión y defensa contra la invasión de otras culturas y poblaciones, rechazo al feminismo más radical, etc.). También parece presentar algunos rasgos narcisistas, dando continuas muestras de ostentación de riqueza y de una necesidad imperiosa de ser admirado y de mostrar poder. No entraré en si es o no racista y misógino, pero alguno de sus discursos así lo ha dejado entrever. También parece dar muestras de despreciar a los que considera inferiores, sintiéndose poderoso y mejor que los demás. La extraversión es otra característica de su personalidad: le gusta estar rodeado de gente y expresarse públicamente. Pero a la vez es grosero, arrogante y carente de empatía. También da muestras en público de ser una persona autoritaria, intolerante (pensemos en sus ideas sobre los inmigrantes) y agresiva (sobre todo ante la crítica) y no es extraño que de todo ello de muestras a través de su comportamiento no verbal. En este sentido, analizaré algunas imágenes que han aparecido en distintos medios, donde a través de un gesto tan “simple” y universal como es el saludo (materializado en el típico apretón de manos), se deja entrever esa necesidad de imponerse a los demás, de mostrar poder, de ser el centro de atención, de su arrogancia, de su irrespetuosidad, etc. 

VIDEO 1- Apretones impositivos
En este vídeo se detallan algunos de los típicos apretones de manos de Donald Trump. Es característico en él realizar un tirón de brazo hacia él de manera brusca. Una explicación a estas “sacudidas” sería su deseo de imponerse a los demás en esas situaciones, llevando a cabo algo inesperado. El “tirón” de Trump supone una salida de la norma y de las expectativas del otro. Este saludo le permite tomar el control para imponerse a la persona de enfrente, pero da muestras también de su desprecio y ruptura con el protocolo habitual entre dos personas que deberían considerarse y tratarse como iguales.



VÍDEO 2. Donald Trump y Shinzo Abe: un incómodo y prolongado apretón de manos
En estas imágenes, tomadas de la reunión bilateral mantenida en la Casa Blanca, en febrero de 2017, entre Donald Trump y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el presidente americano permanece durante 17 segundo "tomando la mano" del primer ministro japonés. Una imagen que podría recordar a los típicos besamanos que llevaría a cabo un caballero ante una venerable dama y que, unido a la postura forzada que le provoca (codo elevado, muñeca flexionada y tirando de su brazo), seguramente generó incomodidad al primer ministro.

La duración de un saludo, cuando es espontáneo y no intencionado, puede estar vinculada al grado de emotividad que transmite una persona a otra y, tanto los saludos excesivamente cortos (de unos 2 segundos), como prolongados (de unos 9 segundos), no resultan muy bien valorados por la mayoría de los sujetos (Petisco, 2014, pág. 90).



En el caso que nos ocupa, Trump ofrece su mano con la palma hacia arriba, pero no adoptando una actitud sumisa, sino dominante. Su ofrecimiento parece comunicar, más bien, "te concedo el poder", "tengo el poder de otorgarte el poder por un momento", para al final -tras hacer unas caricias en las manos del primer ministro-  dar unas "palmaditas" sobre ese apretón de manos. Acariciar la mano de alguien de esa manera, podría ser interpretado como un cariñoso gesto de aprobación, pero, en el caso de Trump, se añaden las típicas palmadas para transmitir dominio, por lo que dicho gesto iría encaminado a recordar al ministro japonés quién está al mando (como clara manifestación de dominio).

Por último, cuando el primer ministro logra zafarse de Trump, muestra un significativo gesto de asombro en su rostro; expresión que podría estar vinculada al alivio que le produce haber finalizado con esa situación tan incómoda.


VIDEO 3- El juego de poder entre Trump y Putin
Analicemos brevemente el apretón de manos llevado a cabo entre Donald Trump y Vladimir Putin durante la Cumbre del G 20, celebrada los días 7 y 8 de julio de 2017 en la ciudad de Hamburgo (Alemania).

Los animales, en situaciones de peleas (o en rituales de cortejo) utilizan distintos recursos para parecer más grandes, pero el hombre no puede hinchar sus plumas, como hacen las aves, o erizar su pelo, como hacen los gatos, para parecer más imponente. Por ello, el ser humano cuando se siente amenazado  puede llevar a cabo gestos y posturas para tratar de conseguir una presencia física de mayor tamaño (como llevarse las manos a las caderas, o apoyar los codos en jarra en los brazos del sofá). En estas imágenes se pueden observar posturas expansivas en ambos personajes, tratando de ocupar más espacio.

Los brazos en jarra de Putin tienen el valor de amenaza, con sus codos en punta, a modo de arma para evitar que el otro se acerque. Dicha pose, mostrarían cierta disposición para el “ataque”. Por otra parte, ambos permanecen con las piernas abiertas, destacando su masculinidad (exhibiendo la entrepierna), lo que no deja de ser sino una señal de dominio, ya que destaca los genitales y les proporciona ese aspecto de macho dominante.
Por su parte, Putin lleva a cabo un gesto adaptador con sus manos, lo que denotaría cierta intranquilidad, mientras que Trump adopta el gesto de las “manos en ojiva” o “campanario”, tratando de transmitir confianza y seguridad.


Trump da el apretón con la palma hacia arriba (supinación), pero este gesto más que comunicar una actitud sumisa, se podría interpretar como una muestra de su disposición ante su interlocutor (mano abierta, pero observemos la tensión del pulgar).

En otro saludo Trump lleva a cabo un “apretón de manos reforzado”, empleando ambas manos y tocando con su mano izquierda el codo de Putin. Con este gesto Trump trataría de mostrar una conexión íntima con Putin, pero también controlar sus movimientos y transmitir poder. Normalmente la intención de un apretón realizado con las dos manos sería transmitirle al otro sinceridad, confianza y sentimientos profundos; pero en este caso es una forma de transmitir cierta intención de intimidad y su deseo de control sobre Putin (pequeños toques por debajo del codo).

(Pág. en construcción: pendiente de añadir otros vídeos)

sábado, 18 de noviembre de 2017

El apretón de manos del nuevo comandante Jefe del Ejército de Chile

El 17 de noviembre de 2017, en el periódico digital EL PAÍS, salió publicada una noticia que hablaba sobre las elecciones presidenciales en Chile. En dicho artículo aparecía una fotografía en la que la presidenta Bachelet saludaba con un apretón de manos a Ricardo Martínez, el nuevo comandante jefe del Ejército chileno. Ante esa imagen hubo quien nos consultó a varios compañeros lo siguiente: ¿No creéis  que la foto parece indicar subordinación de la presidenta de Chile al jefe del Ejército y no al revés?

Espero que con este breve análisis cada uno saque sus propias conclusiones al respecto…

(Imagen 1)
(1) Si bien es cierto que el Jefe del Ejército chileno, ocupa el lado izquierdo y por lo tanto el lado más ventajoso para dar muestras de denotación de poder (típica palmadita en la espalda, por ejemplo), su mano izquierda, aunque oculta, se intuye en posición de firmes (no creo que esa situación de ocupar el lado izquierdo haya sido buscada, sino que se ha producido así espontáneamente). También al existir una diferencia de altura considerable, al Jefe del Ejército, le supone una apariencia ventajosa. Sin embargo, su POSTURA, con esa leve inclinación de espalda y de cabeza, denotaría sumisión/subordinación hacia la figura de la Presidenta.

(Imagen 2)
(2) La EXPRESIÓN FACIAL de su rostro muestra un gesto genuino de agrado: claramente están actuando el cigomático mayor,  que provoca la elevación de la comisura de los labios –AU12, siguiendo el sistema FACS- y la musculatura orbicular de los ojos, que provoca la elevación de mejillas y reducción de la abertura palpebral –AU6-. Esta Unidad de Acción, AU6, se puede apreciar claramente por la aparición de esas “patas de gallo”.

El contacto ocular durante el saludo se mantiene, no se baja ni se evita la mirada (lo que podría denotar incomodidad, vergüenza, timidez, en el primer caso, y distracción o falta de interés en el segundo), por lo que transmite más bien cordialidad/seguridad/agrado por la persona.

(Imagen 3)
(3) El apretón de manos es “técnicamente” correcto, ya que las manos se ven acopladas hasta las membranas que unen los dedos pulgar e índice. Por el ESTILO de ofrecer la mano, no denota una actitud dominante (palma hacia abajo) sino una actitud de “colaboración” e “igualdad”. Si en lugar de fotografía se tratara de un vídeo, podríamos inferir algo respecto al grado de PRESIÓN (sí parece un saludo firme, pero no me atrevería a afirmar que indica deseo de dominio  o determinado grado de amenaza). Tampoco podemos valorar la DURACIÓN que podría ser un indicador del grado de emotividad y aceptación hacia la presidenta (tampoco se pueden valorar otros aspectos teniendo en cuenta la sequedad o humedad de sus manos, etc.). Por último comentaría que las personas muy dominantes, agresivas y desconfiadas suelen, además de colocar la palma de la mano hacia abajo, estirar el brazo y ponerlo rígido para evitar que el interlocutor entre en su zona personal. Sin embargo aquí parece apreciarse “levemente” lo contrario (la foto está tomada desde el lado derecho respecto al eje central del apretón) en el sentido de buscar cierto acercamiento (aunque en ocasiones podría denotar cierto deseo de dominio).

Imagen tomada de https://elpais.com/internacional/2017/11/16/america/1510859972_111719.html
Analistanoverbal©2017. Todos los derechos reservados

miércoles, 29 de junio de 2016

El emblema del saludo

Según los etólogos, el saludo del ser humano cumple una función similar a la que cumple el saludo en simios como el chimpancé: como ceremonia de apaciguamiento, para comunicar que no existe desafío o intención de ataque.


Curiosamente muchos simios llevan a cabo pautas de saludo similares a las humanas. Los chimpancés suelen abrazarse, besarse, hacerse reverencias, estrecharse las manos y palmearse la espalda.


De las muchas formas posibles de llevar a cabo un saludo, vamos a centrarnos en el “apretón de manos”, por haberse convertido en un emblema en muchos países, como señal social de cortesía para saludar, presentarnos o despedirnos de otras personas. Se trata de una costumbre arraigada en muchas sociedades, pero no es universal.


El saludo con las manos es una antigua  costumbre que se remonta a la época griega y romana. En la antigüedad se empleaba el gesto de coger por el antebrazo para verificar que no existían armas escondidas. En Grecia y Roma se cogían de los antebrazos también para darle solemnidad a una promesa o para sellar una palabra de honor como señal de diálogo y desarme.


Durante de la revolución industrial el apretón de manos se comenzó a utilizar para sellar acuerdos y concluir tratos.



Hoy en día, a través de un simple saludo entre dos personas podemos inferir información relevante respecto al estatus, las actitudes, el estado de ánimo, el nivel de cercanía y el tipo de relación existente entre quienes lo realizan.

Como comento en el libro sobre la comunicación en el aula (Petisco, 2014)

Si interpretamos el apretón de manos como un signo de confianza y bienvenida está claro que corresponde al anfitrión iniciar el mismo. Respecto a la actitud que deberíamos transmitir, siempre debería de ser la de cordialidad, intentando que la otra persona se sienta cómoda. Por ello, la palma de la mano no debería de ir ni hacia arriba (sumisión) ni hacia abajo (dominio), sino en un posición vertical (actitud de igualdad y colaboración). Respecto al grado de presión a ejercer debe ser medio (normalmente los saludos tipo quebrantahuesos o muy lánguidos no resultan agradables). Si somos los que recibimos el saludo deberíamos igualar nuestra presión a la presión recibida. La duración aproximada, excepto en saludos con conocidos, debe rondar del orden de los cuatro o cinco segundos; los saludos excesivamente cortos (de alrededor de dos segundos) o prolongados (de unos nueve segundos) tampoco resultan muy bien valorados.
Tampoco resultan agradables los saludos con la mano muy húmeda, o muy flácida, o cuando las manos no llegan a acoplarse hasta contactar las membranas que unen los dedos pulgar e índice.
Por último, si tratamos de transmitir confianza, es fundamental que miremos a los ojos de la persona que recibe el saludo. Los apretones de manos donde quien lo lleva a cabo retira la mirada, o lo realiza mientras mira para otro lado, no dan la sensación de mostrar interés alguno por conocer a esa persona o por llegar a algún grado de compromiso con el encuentro”.

Las principales claves del apretón de manos las explico en el siguiente vídeo. Espero que te sea de alguna utilidad. Si es así, o eres partidario de difundir la cultura del comportamiento no verbal de forma gratuita haz click en "me gusta", contribuirás a un mejor posicionamiento del vídeo para que sea más visible.

También puedes seguir leyendo más cosas sobre el apretón de manos pulsando sobre este texto que te llevará a los pintorescos saludos de personajes como Donald Trump.

Referencias:

-Mínguez Vela, A. (1999). La otra comunicación: Comunicación no verbal. Madrid: ESIC.

-Pease, A., & Pease, B. (2006). El lenguaje del cuerpo. Cómo interpretar a los demás a través de sus gestos. Barcelona: Amat, S.L.

-Petisco, J. M. (2014). La comunicación en el aula. Cuando la postura y el gesto toman la palabra. Madrid: Dykinson.

jueves, 20 de agosto de 2015

El apretón de manos como manera sutil de buscar señales químicas sociales

El apretón de manos se ha utilizado como el gesto característico a llevar a cabo para cerrar un acuerdo, concluir negocios, iniciar un saludo o una despedida. Ya los romanos se cogían el antebrazo para expresar promesas o veracidad en sus palabras.

Hasta ahora sabíamos que durante dicho gesto se transmite y percibe mucha información en función de la apariencia de las manos y uñas (actividad laboral, autoestima), de la textura o dureza de las manos (actividad laboral probable), de la sequedad o humedad de las mismas (grado de nerviosismo o problemas relacionados con la hiperhidrosis palmar), de la duración de dicho gesto (grado de interés y emotividad), de la mayor o menor presión con que se ejerza dicho apretón (grado de dominio)  o por la forma de disponer la mano (actitud dominante, sumisa o colaboradora). Pues bien, según pone de manifiesto un reciente estudio del Departamento de Neurobiología del Weizmann Institute of Science, Rehovot, Israel, (Frumin, y otros, 2015), parece ser que durante dicho acto también aprovechamos para tomar “muestras” de los olores que nos transmite la otra persona. Según este estudio, publicado en la revista “eLife”, durante el apretón de manos transmitiríamos y recibiríamos señales químicas, por lo que podríamos afirmar que, durante el gesto más característico del saludo, también percibimos información social a través del olfato.

 
 
Estos autores sugieren que una de las razones por las que tradicionalmente se lleva a cabo este gesto sería la de conocer (“degustar”) los olores de nuestro interlocutor. Sin ser conscientes de ello, el apretón de manos nos ofrecería una manera socialmente aceptable de comunicarnos a través del sentido del olfato. Otros animales, como los perros o las ratas, huelen a sus congéneres en una situación social. En el caso del hombre, el apretón de manos, también se emplearía como una forma de conocimiento del otro a través del olfato, pero por motivos ético-sociales ese uso del olfato se lleva a cabo de manera mucho más discreta.
Según se desprende de este estudio, no solo nos olemos las propias manos con cierta frecuencia de forma no consciente, sino que además después de darle la mano a otra persona, nos las olfateamos durante un mayor espacio de tiempo. En el estudio participaron unas 280 personas que fueron recibidas por otra persona, con o sin apretón de manos. Mediante cámaras ocultas se grabaron las escenas para comprobar cuántas veces los individuos se tocaban la cara tras el saludo, resultando que éstos olfateaban constantemente sus propias manos manteniéndolas próximas a la nariz aproximadamente en el 22 por ciento de los casos. Los individuos que fueron recibidos con un apretón de manos, incrementaron significativamente el gesto de tocarse la cara con la mano con la que había efectuado el saludo (la derecha) y curiosamente ese comportamiento sólo se llevó a cabo cuando el sujeto al que se saludada era del mismo sexo. Estos autores encontraron que después de darle la mano a alguien del sexo opuesto, los sujetos del experimento se olieron más la mano con la que no habían llevado a cabo el saludo (la izquierda). Sabemos que el sentido del olfato juega un papel clave en las interacciones con el sexo opuesto y que las señales químicas de los humanos desempeñan un papel fundamental en cuestiones como la selección de pareja.

Los experimentadores además manipularon la situación introduciendo artificialmente diferentes olores en el experimento. Por ejemplo, a los sujetos que estrechaban su mano se les puso un perfume unisex, aumentando entonces el olfateo de la mano, ocurriendo lo contrario, cuando se les perfumó con olores derivados de hormonas sexuales (la inhalación disminuyó), confirmando así la naturaleza olfativa del comportamiento del apretón de manos.




Pero el gesto de tocarse la cara, un gesto autoadaptador,  podría deberse a la incomodidad o estrés que podía estar provocando la situación experimental. Para descartar esta posibilidad y demostrar que el gesto de tocarse la cara era una manera de olfatear sutilmente la mano tras el contacto, a los participantes del experimento se les colocaron unos catéteres nasales que medían el flujo de aire inhalado mientras se producía dicho gesto; detectándose que cuando la mano que había efectuado el apretón estaba en las proximidades de la nariz, el flujo de aire inhalado era el doble que cuando se llevaba a cabo este gesto sin haberse producido el apretón de manos. En definitiva, lo que este experimento demostró es que los apretones de manos son una manera sutil de buscar activamente señales químicas sociales de los otros.

Para investigar si el hecho de dar la mano a otra persona transfiere olores corporales, los investigadores, hicieron que los sujetos participantes en dicho estudio, utilizaran un guante para dar la mano y luego comprobar qué residuos odoríferos quedaban en los guantes. Encontraron que un apretón de manos por sí solo es suficiente para la transferencia de varios olores conocidos que sirven como señales químicas significativas en los mamíferos, en concreto encontraron que el escualeno y el ácido hexadecanoico,  productos químicos que juegan un papel importante en la señalización social en perros y roedores, se habían transferido a los guantes.




Conclusiones:

- Los apretones de manos pueden transferir moléculas relevantes a la piel del otro

- Los humanos frecuentemente nos olfateamos las manos tras el gesto del saludo

- Nos olemos más la mano tras los apretones de manos con personas del mismo género

- Contaminar a los experimentadores con olores altera el efecto 

(*)Todas las imágenes pertenecen al artículo de Idan Frumin, Ofer Perl, Yaara Endevelt-Shapira, Ami Eisen, Neetai Eshel, Iris Heller, Maya Shemesh, Aharon Ravia, Lee Sela, Anat Arzi, Noam Sobel. A social chemosignaling function for human handshaking. eLife (2015). DOI: 10.7554/eLife.05154 

Trabajos citados


Frumin, I., Perl, O., Endevelt-Shapira, Y., i Eisen, A., Eshel, N., Heller, I., . . . Sobel, N. (2015). A social chemosignaling function for human handshaking. eLife, DOI: 10.7554/eLife.05154.