Hoy sabemos que
la personalidad y estética de un candidato político tienen una enorme influencia en el apoyo de sus electores, hasta el punto de llegar a tener mayor peso que sus programas políticos.
Parece indiscutible que Donald Trump posee una personalidad muy marcada que despierta pasiones a favor y en contra de su persona y son muchos los europeos que siguen sorprendidos por el hecho de que un líder tan excéntrico como Trump haya podido llegar a la presidencia de los Estados Unidos.
Pero, ¿cuáles son esas características de personalidad que le han catapultado a esa presidencia?
Haciendo un breve análisis podríamos decir que entre
esas características de personalidad están el ser un gran manipulador, con un discurso populista que apela a grandes
pasiones y a ideas cada vez más difundidas entre la población americana (necesidad
de unión y defensa contra la invasión de otras culturas y poblaciones, rechazo
al feminismo más radical, etc.). También parece presentar algunos rasgos narcisistas, dando continuas
muestras de ostentación de riqueza y de una necesidad imperiosa de ser admirado
y de mostrar poder. No entraré en si es o no racista y misógino, pero
alguno de sus discursos así lo ha dejado entrever. También parece dar muestras
de despreciar a los que considera
inferiores, sintiéndose poderoso y mejor que los demás. La extraversión es otra característica de su personalidad: le gusta
estar rodeado de gente y expresarse públicamente. Pero a la vez es grosero, arrogante y carente de
empatía. También da muestras en público de ser una persona autoritaria, intolerante (pensemos en
sus ideas sobre los inmigrantes) y agresiva
(sobre todo ante la crítica) y no es extraño que de todo ello de muestras a
través de su comportamiento no verbal. En este sentido, analizaré algunas
imágenes que han aparecido en distintos medios, donde a través de un gesto tan “simple”
y universal como es el saludo (materializado
en el típico apretón de manos), se deja entrever esa necesidad de imponerse a
los demás, de mostrar poder, de ser el centro de atención, de su arrogancia, de
su irrespetuosidad, etc.
VIDEO 1- Apretones impositivos
En este vídeo se detallan algunos de los típicos apretones de manos de Donald Trump. Es característico en él realizar un tirón de brazo hacia él de manera brusca. Una explicación a estas “sacudidas” sería su deseo de imponerse a los demás en esas situaciones, llevando a cabo algo inesperado. El “tirón” de Trump supone una salida de la norma y de las expectativas del otro. Este saludo le permite tomar el control para imponerse a la persona de enfrente, pero da muestras también de su desprecio y ruptura con el protocolo habitual entre dos personas que deberían considerarse y tratarse como iguales.
VÍDEO 2. Donald Trump y Shinzo Abe: un incómodo y prolongado apretón de manos
En estas imágenes, tomadas de la reunión bilateral mantenida en la Casa Blanca, en febrero de 2017, entre Donald Trump y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el presidente americano permanece durante 17 segundo "tomando la mano" del primer ministro japonés. Una imagen que podría recordar a los típicos besamanos que llevaría a cabo un caballero ante una venerable dama y que, unido a la postura forzada que le provoca (codo elevado, muñeca flexionada y tirando de su brazo), seguramente generó incomodidad al primer ministro.
La duración de un saludo, cuando es espontáneo y no intencionado, puede estar vinculada al grado de emotividad que transmite una persona a otra y, tanto los saludos excesivamente cortos (de unos 2 segundos), como prolongados (de unos 9 segundos), no resultan muy bien valorados por la mayoría de los sujetos (Petisco, 2014, pág. 90).
En el caso que nos ocupa, Trump ofrece su mano con la palma hacia arriba, pero no adoptando una actitud sumisa, sino dominante. Su ofrecimiento parece comunicar, más bien, "te concedo el poder", "tengo el poder de otorgarte el poder por un momento", para al final -tras hacer unas caricias en las manos del primer ministro- dar unas "palmaditas" sobre ese apretón de manos. Acariciar la mano de alguien de esa manera, podría ser interpretado como un cariñoso gesto de aprobación, pero, en el caso de Trump, se añaden las típicas palmadas para transmitir dominio, por lo que dicho gesto iría encaminado a recordar al ministro japonés quién está al mando (como clara manifestación de dominio).
Por último, cuando el primer ministro logra zafarse de Trump, muestra un significativo gesto de asombro en su rostro; expresión que podría estar vinculada al alivio que le produce haber finalizado con esa situación tan incómoda.
(Pág. en construcción: pendiente de añadir otros vídeos)
VIDEO 1- Apretones impositivos
En este vídeo se detallan algunos de los típicos apretones de manos de Donald Trump. Es característico en él realizar un tirón de brazo hacia él de manera brusca. Una explicación a estas “sacudidas” sería su deseo de imponerse a los demás en esas situaciones, llevando a cabo algo inesperado. El “tirón” de Trump supone una salida de la norma y de las expectativas del otro. Este saludo le permite tomar el control para imponerse a la persona de enfrente, pero da muestras también de su desprecio y ruptura con el protocolo habitual entre dos personas que deberían considerarse y tratarse como iguales.
VÍDEO 2. Donald Trump y Shinzo Abe: un incómodo y prolongado apretón de manos
En estas imágenes, tomadas de la reunión bilateral mantenida en la Casa Blanca, en febrero de 2017, entre Donald Trump y el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el presidente americano permanece durante 17 segundo "tomando la mano" del primer ministro japonés. Una imagen que podría recordar a los típicos besamanos que llevaría a cabo un caballero ante una venerable dama y que, unido a la postura forzada que le provoca (codo elevado, muñeca flexionada y tirando de su brazo), seguramente generó incomodidad al primer ministro.
La duración de un saludo, cuando es espontáneo y no intencionado, puede estar vinculada al grado de emotividad que transmite una persona a otra y, tanto los saludos excesivamente cortos (de unos 2 segundos), como prolongados (de unos 9 segundos), no resultan muy bien valorados por la mayoría de los sujetos (Petisco, 2014, pág. 90).
En el caso que nos ocupa, Trump ofrece su mano con la palma hacia arriba, pero no adoptando una actitud sumisa, sino dominante. Su ofrecimiento parece comunicar, más bien, "te concedo el poder", "tengo el poder de otorgarte el poder por un momento", para al final -tras hacer unas caricias en las manos del primer ministro- dar unas "palmaditas" sobre ese apretón de manos. Acariciar la mano de alguien de esa manera, podría ser interpretado como un cariñoso gesto de aprobación, pero, en el caso de Trump, se añaden las típicas palmadas para transmitir dominio, por lo que dicho gesto iría encaminado a recordar al ministro japonés quién está al mando (como clara manifestación de dominio).
Por último, cuando el primer ministro logra zafarse de Trump, muestra un significativo gesto de asombro en su rostro; expresión que podría estar vinculada al alivio que le produce haber finalizado con esa situación tan incómoda.
VIDEO 3- El juego de poder entre Trump y
Putin
Analicemos brevemente el apretón de manos llevado a cabo entre Donald
Trump y Vladimir Putin durante la Cumbre del G 20, celebrada los días 7 y 8 de
julio de 2017 en la ciudad de Hamburgo (Alemania).
Los animales, en situaciones de peleas (o en rituales de cortejo)
utilizan distintos recursos para parecer más grandes, pero el hombre no puede
hinchar sus plumas, como hacen las aves, o erizar su pelo, como hacen los
gatos, para parecer más imponente. Por ello, el ser humano cuando se siente
amenazado puede llevar a cabo gestos y
posturas para tratar de conseguir una presencia física de mayor tamaño (como
llevarse las manos a las caderas, o apoyar los codos en jarra en los brazos del
sofá). En estas imágenes se pueden observar posturas expansivas en ambos
personajes, tratando de ocupar más espacio.
Los brazos en jarra de Putin tienen el valor de amenaza, con sus codos
en punta, a modo de arma para evitar que el otro se acerque. Dicha pose,
mostrarían cierta disposición para el “ataque”. Por otra parte, ambos permanecen
con las piernas abiertas, destacando su masculinidad (exhibiendo la
entrepierna), lo que no deja de ser sino una señal de dominio, ya que destaca
los genitales y les proporciona ese aspecto de macho dominante.
Por su parte, Putin lleva a cabo un gesto adaptador con sus manos, lo
que denotaría cierta intranquilidad, mientras que Trump adopta el gesto de las
“manos en ojiva” o “campanario”, tratando de transmitir confianza y seguridad.
Trump da el apretón con la palma hacia arriba (supinación), pero este
gesto más que comunicar una actitud sumisa, se podría interpretar como una muestra
de su disposición ante su interlocutor (mano abierta, pero observemos
la tensión del pulgar).
En otro saludo Trump lleva a cabo un “apretón de manos reforzado”,
empleando ambas manos y tocando con su mano izquierda el codo de Putin. Con
este gesto Trump trataría de mostrar una conexión íntima con Putin, pero
también controlar sus movimientos y transmitir poder. Normalmente la intención
de un apretón realizado con las dos manos sería transmitirle al otro
sinceridad, confianza y sentimientos profundos; pero en este caso es una forma
de transmitir cierta intención de intimidad y su deseo de control sobre Putin
(pequeños toques por debajo del codo).
(Pág. en construcción: pendiente de añadir otros vídeos)