En todo
proceso psicológico está presente una reacción emocional de diversa cualidad y
magnitud. La emoción supone una experiencia multidimensional en la que al
menos se ven implicados 3 sistemas de respuesta: el sistema cognitivo (de carácter subjetivo), el conductual (expresivo) y el fisiológico
(adaptativo). Por tanto, una emoción puede manifestarse a través de estas tres
dimensiones y, por otra parte, cada una de estas dimensiones puede adquirir
mayor o menor relevancia según la persona y la situación concreta.
Independientemente de la cualidad hedónica que pueda generar
una emoción, todas ellas cumplen alguna función (adaptativa, social o
motivacional) y por ello perduran, ya que han sido y son útiles por permitir, o
facilitar, que el sujeto ejecute con eficacia las reacciones conductuales
apropiadas a cada situación.
Respecto al sistema de respuesta fisiológico,
las emociones permiten organizar rápidamente las respuestas de diversos
sistemas biológicos. Esas respuestas pueden incluir cambios en las expresiones
faciales, los músculos, la voz, la actividad del Sistema Nervioso Autónomo y la
del Sistema Endocrino; y todo ello con la finalidad de establecer un medio
interno óptimo para llevar a cabo el comportamiento más efectivo para cada
momento. Parece ser que a nivel fisiológico los diversos estados emocionales
son causados por la liberación de ciertos neurotransmisores y hormonas.
Respecto al sistema conductual, las emociones
son útiles para establecer nuestra posición respecto a nuestro entorno,
impulsándonos al acercamiento o distanciamiento de ciertas personas, objetos,
acciones o ideas. Para Levenson (1994), las emociones actúan como depósito de
influencias innatas y aprendidas, poseyendo ciertas características invariables,
en unos casos, o variables entre individuos, grupos y culturas.
Respecto al sistema cognitivo, las emociones
alteran la atención, activan ciertas redes asociativas relevantes de la memoria
y hacen subir de rango ciertas conductas que son guía de respuestas del
individuo.
De las múltiples teorías existentes sobre emociones (Cannon-Bard,
McLean, Schachter-Singer, etc.), tan solo quisiera traer a colación la
hipótesis de Charles K. Mills (1912) sobre la especialización del hemisferio derecho. Según este autor, la emoción y la expresión emocional estarían más representadas en el hemisferio
derecho, por un lado la emoción en la
región prefrontal de la corteza cerebral y la expresión emocional en la región mediofrontal. Con posterioridad diversos
autores, entre ellos Sackeim y Gur (1978), retomaron este punto de vista al
afirmar que el hemisferio derecho está involucrado en todos los procesos de la
emoción. En cambio, en la actualidad se piensa que la especialización del
hemisferio derecho se limita a su expresión y percepción (Adolphs, Damasio,
Tranel y Damasio, 1996).
TRABAJOS CITADOS:
- Adolphs, R.,
Damasio, H., Tranel, D., & Damasio, A. R. (1996). Cortical systems for the
recognition of emotion in facial expressions. The Journal of neuroscience, 16(23), 7678-7687.
-Levenson,
R.W. (1994). Human emotion. A functional view. In P. Ekman & R.J. Davidson
(Eds). The nature of Emotions: Fundamental Questions (pp. 123-126). New York:
Oxford University Press.
-Mills, C. K.
(1912). The cortical representation of emotion, with a discussion of some
points in the general nervous system mechanism of expression in its relation to
organic nervous disease and insanity. Proceedings of the American
Medico-Psychological Association, 19, 297-300.
- Sackeim, H.
A., Gur, R. C., & Saucy, M. C. (1978). Emotions are expressed more
intensely on the left side of the face. Science, 202(4366), 434-436.