El gesto emblemático de llevar la
mano al corazón se asocia a la honestidad.
Las personas que llevan a cabo ese gesto se perciben como más sinceras y
honestas, pero además se comportan de manera más honesta. Al menos eso es lo
que han demostrado, a través de 4 experimentos publicados en el artículo Hand over Heart Primes Moral Judgments
and Behavior, los investigadores polacos Michal
Parzuchowski y Bogdan Wojciszke (2014) .
Según estos autores, observar a una persona
que realiza el gesto de llevarse la mano al corazón hace que sea percibida por
los demás como más honesta (experimentos 1 y 2). Pero también, llevar a cabo
ese gesto, puede influir en las propias acciones complejas del individuo que lo
realiza y hacer que se comporten de manera más honesta (experimentos 3 y 4).
Además, sugieren que esta influencia no es mediada por cambios en el estado
afectivo del sujeto.
Desde los tiempos de Aristóteles la gente ha identificado
simbólicamente el corazón como el núcleo emocional o moral del ser humano (Bakalis, 2005) . Actualmente, en
muchas culturas, se asocia el gesto de colocar una mano sobre el corazón a la honestidad, indicando con ello que el
sujeto que lo realiza tiene intenciones genuinas, o que está dando su palabra
de honor, o que está prometiendo lealtad (Eibl-Eibesfeldt, 1966) . Otra prueba de ello
es que en muchos idiomas existen expresiones lingüísticas que hacen referencia
al corazón, o al gesto de llevarse la mano al corazón (“con la mano en el corazón…”,
“te lo digo de corazón”, “desde el corazón te digo…”). para tratar de poner
énfasis en la sinceridad y honestidad de quien pronuncia determinadas palabras.
Veamos los detalles de los dos primeros
experimentos.
Experimento 1
Con este primer experimento trataban de
demostrar que el gesto de llevarse la mano al corazón comunica honestidad y sinceridad, es decir que es un gesto emblemático de honestidad
entre la población polaca. Para ello, a través de una web, pidieron a 118
sujetos (85 mujeres) que hicieran una breve descripción abierta sobre una
persona que aparecía en una fotografía realizando un determinado gesto. En
concreto, a un grupo de sujetos se les pidió que anotaran los 5 rasgos que le
vinieran a la mente y que les transmitía la imagen de una joven con la mano
sobre su corazón. Como los rasgos asociados a la honestidad podrían inferirse
de los rasgos faciales de la persona fotografiada y no de sus gestos (Todorov, 2011) , también introdujeron una condición de control y
aleatoriamente a otros sujetos les pidieron lo mismo, pero con respecto a la
fotografía de la misma persona (expresión facial, postura e iluminación
idénticas) con la mano sobre su estómago (gesto emblemático del dolor de
estómago).
Fotografías utilizadas en el experimento 1.
Tomadas del artículo original (Parzuchowski
& Wojciszke, 2014)
Aleatoriamente 74 personas describieron a la
joven con la mano sobre el corazón y 44 a la joven con la mano en el estómago. Posteriormente,
empleando el método ciego, dos jueces independientes (hombre y mujer)
analizaron los 118 rasgos incluidos en primer lugar por los participantes en el
estudio (primera característica en la descripción) y clasificaron de manera
dicotómica ese primer rasgo como perteneciente a la honestidad o no
(correlación interjueces r =
0,68; p <0,001). Los
resultados obtenidos fueron que el 49% de los participantes que describieron a
la persona que realizaba el gesto de la mano sobre el corazón (36 de 74), emplearon
términos relativos a la honestidad como primer rasgo en dicha descripción,
frente al 18% que lo hicieron en la condición de control (8 de los 44). Estos
resultados apoyan la hipótesis de que el gesto de llevarse la mano al corazón es
visto como una señal sinceridad o de
honestidad, estableciéndose un vínculo entre el gesto y la honestidad
percibida. También sugieren que se puede comunicar de manera eficiente la
honestidad sin lenguaje, solo por la mera utilización de un gesto emblemático.
Experimento 2
Mediante un segundo experimento trataron de
valorar hasta qué punto realizar una persona el gesto emblemático de honestidad,
hace que los demás le perciban como más creíble. Para ello se pidió a 37
estudiantes universitarios (20 mujeres) que escucharan una grabación de audio sobre
una entrevista de trabajo, donde durante 4 minutos una joven hacía una
descripción de sí misma. Mientras escuchaban dicha grabación observaban la
fotografía de la mujer entrevistada: una joven con la mano derecha sobre el
corazón o a la misma joven con los brazos detrás de la espalda (condición de
control). En la descripción escuchaban afirmaciones que eran frases tomadas de una
versión polaca de la Escala de Conveniencia Social de Crowne y Marlowe (1960) : "nunca
he llegado tarde al trabajo", “nunca pospongo algo para el futuro", “yo
siempre cumplo mis promesas", "soy amable con todos", "siempre
respondo a las cartas", "nunca he robado algo a alguien", "yo
nunca he llamado enfermo " y "nunca he discutido con los miembros de
mi familia". Cada una de estas
declaraciones fue evaluada en credibilidad en una escala de 7 puntos (que va desde 1- Esto no
es en absoluto creíble, hasta
7- Esto es
muy creíble).
Fotografías utilizadas en el experimento 2.
Tomadas del artículo original (Parzuchowski
& Wojciszke, 2014)
Resultó que la valoración
de la credibilidad de la persona que realizaba el gesto emblemático de
honestidad fue más alta (M = 4,68; SD = 0,64) que
la de la misma persona con las dos manos detrás de la espalda (M =
4,17; SD = 0,79). Estos resultados corroboran los obtenidos en
el experimento número 1, en el sentido de que las personas perciben el gesto de
la mano en el corazón como un gesto de
honestidad. También ponen de manifiesto que una persona que realiza este
gesto se percibe como más creíble,
aunque sus declaraciones no sean muy creíbles (frases favorecedoras de su
propia imagen realizadas durante la entrevista).
Trabajos citados
Bakalis, A. (2005). Handbook of Greek philosophy:
From Thales to the Stoics analysis and fragments. Victoria: Trafford.
Crowne, D. P., & Marlowe, D. (1960). A new scale of
social desirability independent of psychopathology. Journal of Consulting
Psychology , 24, 349-354.
Eibl-Eibesfeldt, I. (1966). Love and hate. The natural
history of behavior patterns. . New York: Aldine.
Parzuchowski, M., & Wojciszke, B. (2014). Hand over
Heart Primes Moral Judgments and Behavior. Journal Nonverbal Behavior ,
38, 145-165.
Todorov, A. (2011). Evaluating faces on social dimensions. En A. Todorov, S. T. Fiske, & D. (. Prentice, Social
neuroscience: Toward understanding the underpinnings of the social mind. Oxford: University Press.