Podemos dejar de hablar, pero no podemos dejar de comunicar a través de los canales no verbales. Los gestos, las posturas y orientación corporal, la expresión facial, la oculésica, la apariencia, la proxémica, la háptica, o la proxodia emocional, comunican cosas diferentes en función de la cultura, la persona, la edad, el contexto y la situación social.